lunes, 18 de agosto de 2008

El día que casi conocí a Vargas Llosa


Desde que supe que el laureado Mario Vargas Llosa vendría al estreno en Caracas de la obra de su autoría AL PIE DEL TÁMESIS, me propuse ir. Así que apenas salieron a la venta las entradas, ya tenía en mi poder las dos que necesitaba para no perderme de ese acontecimiento.
El sábado 16 fue la fecha programada y a las 9 p.m. ya estaba en los espacios del Trasnocho, en compañía de mi esposo, a la espera de que se apareciera el autor. Tenía la esperanza de tomarle una foto y si la suerte me acompañaba, que me diera hasta un autógrafo en la primera edición de La tía Julia y el escribidor. Confieso que con este libro me enamoré, allá por los lejanos años de 1.997, de la prosa del peruano. Pero no hubo tal suerte. El escritor estuvo cercano, pero me fue imposible abordarlo. Vargas Llosa dio con anterioridad a su asistencia a la obra una larga conferencia de prensa, ( a la cual no tuve acceso), en la cual expresó opiniones, que viniendo de él no podían ser sino súper interesantes. Así dejó claro que “Los pueblos se equivocan y lo pagan carísimo”. Eso lo sabemos bien los moradores de esta Tierra de gracia, que no sólo lo pagamos tan caro como la robolución nos lo ha impuesto, sino que vemos bien lejano el día en que el precio por ese error se deje de pagar.
También dejó claro de que “El mejor sistema que puede tener un país, con todas sus imperfecciones, es la democracia”. Ojala esta sentencia sea bien entendida por quienes nos gobiernan con el autoritarismo, consono con una dictadura y no con el régimen que democráticamente quisimos elegir, pero que ahora se nos falsea con la inclusión de 26 leyes, que ya fueron rechazadas y así se decidió por amplia mayoría.
En relación al montaje de su obra, comenzó por celebrar la originalidad de la puesta en escena y felicitar a los actores por su maravilloso desempeño.
Fue un verdadero disfrute compartir a sólo dos filas de distancia con el autor, la representación en la cual se lucieron Carlota Sosa e Iván Tamayo. Lamenté eso sí, no haber leído la obra original para apreciar mejor el trabajo del director Héctor Manrique y la forma como abordó el reto del montaje escénico.
Para darle mayor brillo: la sala estaba llena y la asistencia puede calificarse como de la plana mayor de las letras, política y gente de teatro. Presentes entre otros Isaac Chocrón, Manuel Caballero, Ibsen Martínez, Rafael Cadenas, Teodoro Petkoff, el embajador de USA, el ex Ministro de la Inteligencia y por supuesto los infaltables Tania Sarabia, Javier Vidal, Carolina Perpetuo, Rafael Romero y una irreconocible Amanda Gutiérrez, quien dejó atrás la figura que
exhibía en la telenovela La Dueña, y ahora más bien parece la inquilina de una pensión de por los lados de Santa Teresa.
La noche para ver y dejarse ver. Como en los buenos tiempos del teatro venezolano. ¡Bravo¡

1 comentario:

Níyume dijo...

Ile, qué esto sea el comienzo del renacimiento de las artes Venezolanas.
¡Bravo!