lunes, 20 de mayo de 2013

Un viaje al fin del mundo de ida y vuelta

           CARACAS - USHUAIA UN VIAJE EN CUATRO RUEDAS. 
 Comenzar a leer el libro que titula este post es adentrarse en una fantástica aventura que abrirá nuestros sentidos. En él descubrimos a través de las 487 páginas de las cuales consta el libro mucho más que un diario de viaje. Es una sucesiva revelación de lo que Heberto Gamero y su innominada copiloto, hicieron durante ese largo viaje de Treinta mil novecientos noventa y dos kilómetros, que los llevó a completar lo que era el sueño del niño nacido paraguanero, ( de Punta Cardón-Estado Falcón ) a una realidad que después, para nuestro deleite, transcribió con toda la magia de un buen narrador. Así descubrimos a un autor que nos enseña su fase más poética con la descripción de bellísimos parajes en estupendas imágenes y bien formadas metáforas. Un narrador que mezcla la realidad de su viaje con la ficción en pasajes y conversaciones supuestas con personajes históricos que de alguna manera vivieron lo mismo que Gamero está viviendo, en cuanto a que recorrieron esos mismos lugares, claro está bajo otras circunstancias, algunas en extremis y sin contar con las facilidades de una buena camioneta, carreteras pavimentadas y medios fluviales que ya conocen la ruta. Un narrador que dialoga con Fernando de Magallanes, Almagro , Pizarro, Atahualpa , entre otros, como si fueran amigos de la infancia y que nos ayuda a entender y apreciar la historia de cada uno de esos personajes, con el magnífico trabajo de investigación que acompaña a las anécdotas y hechos narrados. No podemos dejar de destacar el paralelismo entre la aventura sueño que lleva a cabo el autor, con el viaje de Magallanes a esos mismos confines. Uno por la costa y el otro tierra adentro pero con un mismo destino, aunque en el caso de Magallanes con un infeliz final. La labor de investigación del autor en referencia al viaje del explorador es minuciosa y limpia. Podemos observar también cómo se nos revela en la narración el crítico y a veces moralista, que nos dicta con pasmosa sinceridad su opinión sobre temas como el control de la natalidad o la pobreza extrema. Nos dejamos llevar por su confesa incredulidad ante tanta riqueza desaprovechada. Sus conversaciones reales con los personajes que conoce y que alguna manera le ayudan en ese largo periplo, llenan de simpáticas anécdotas muchas páginas del libro.. Conocimos también un poco más sobre la vida de Charles Darwin, y de la accidentada topografía del cono sur. Sus llanuras y montañas, sus glaciares y lagos. Toda una lección de geografía ese recorrido por países tan diversos como Brasil, Uruguay,  Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. Nos emocionamos con los pasajes que nos llevan a conocer a Mario Benedetti y la entrevista que le hizo en su casa y el recorrido por las tres casas donde vivió el poeta Pablo Neruda. Isla Negra colmó nuestra imaginación romántica con tanta pasión que salí a releer parte su obra poética con un deleite renovado. Disfrutamos otra vez de lo que ya habíamos vivido en viajes propios, de lo magnifico del glaciar Perito Moreno, el estrecho de Magallanes , lo increíble de Machu Pichu y la ciudad patrimonio Cuzco. La visita a los simpáticos pingüinos y la emoción de llegar a la ciudad que se llama así misma como el fin del mundo: Ushuaia. Comprobamos que lo narrado se ajustaba a la realidad que ya habíamos conocido y confieso que sentí envidia sana de no haber llevado también mi diario de viaje cuando visité esos sitios. Una lectura que escogimos en un principio para llenar el compromiso de nuestra reunión mensual con el grupo Visión Nora Bustamante y que se convirtió a medida que avanzamos en ella en una agradable sorpresa y que después de pocas páginas, terminó por atraparnos completamente. Felicitaciones para Heberto Gamero y reivindico para la posteridad y para quien quiera leer el libro que la tantas veces nombrada copiloto, es la esposa de Heberto y se llama Iris Verastegui.

jueves, 14 de marzo de 2013

Costa Rica, un país para vivir


Después de 35 años sin visitar al país, con tan solo llegar al aeropuerto Juan Santamaría de San José de Costa Rica, ya pude constatar el enorme cambio favorable que ha tenido. Su capital San José, aún conserva sin embargo un aire pueblerino, con calles flanqueadas por casas que ahora se han convertido en comercios variados y que laten al ritmo de miles de peatones. A toda hora en los cruces de las esquinas caminan presurosos, sin detenerse ante sus emblemáticos edificios como el primer hotel lujoso el Costa Rica, con su bien servido restaurante, el cual se precia de haber alojado a Cantinflas, y situado frente el Teatro Nacional (finales del siglo XIX), y en ángulo con el Museo del Oro precolombino, de arquitectura subterránea y la Plaza de la Cultura. La catedral de San José de Nazaret, con su cúpula, vitrales y pisos de mosaicos. El antiguo edificio de Correos y Telégrafos o el moderno edificio que es sede del Tribunal Supremo de Justicia en el distrito financiero. Acaso en los parques y plazas sea en los únicos sitios que se detiene ese ritmo, al recibir  por momentos a la parejita joven enamorada, al adulto mayor jubilado o al indigente adormecido. Para tomar el pulso es obligatorio visitar el mercado Central y apreciar la variedad de productos agrícolas, sus típicos comederos y la gran cantidad de ventas de flores. Al igual que ver el largo callejón de tarantines que es el  Mercado de las Artesanías exhibiendo trabajos en madera, tejidos y cerámica, adyacente a la Plaza de la Democracia y cercano al Museo Nacional con su escalinata flanqueada por un extraña escultura de vidrio. En el parque La Sabana está el estadio Nacional de fútbol  dos medias conchas que desafían al espacio y lanzan su reto al cielo; el Museo de Jade, en la sede del Instituto Nacional de Seguros, con una enorme escultura en bronce en su frente. Muy cerca La Casa Amarilla, sede del gobierno, la cual  cubre una manzana y  luce confiada a la mirada del paseante turista, sin grandes guardianes.
No se puede dejar de lado la visita a cualquiera de los 5 volcanes activos. Fuimos al Poas, con la laguna Boto a un lado, solo que hay que tener la suerte de que el tiempo esté libre de neblina para ver sus fumarolas y cráter lleno de ácido.
 Al final  de mi viaje confirmé lo que muchos venezolanos que ahora lo habitan dicen “Un país para vivir”

martes, 12 de marzo de 2013

Presente, pero nunca cercano


PRESENTE, PERO NUNCA CERCANO

Nunca lo conocí de cerca, ni siquiera lo vi de lejos. El único contacto siempre fue virtual y distante, los escasos centímetros que me separaban al cajón del televisor, y más recientemente a lo plano del LCD, o a la pantalla de cine.  El primer acercamiento ocurrió en la madrugada de aquel fatídico 4 de febrero de 1992. No fue nada grato la visión petulante y prepotente de quien aún derrotado y confesándose vencido prometía que “por ahora “no se habían cumplido los objetivo. Es decir, que vendría más. Que habría otra intentona de romper el hilo democrático. En ese momento quien ejercía la Presidencia no era el objeto de mi preferencia, pero el que alguien por vía de la fuerza tratara de romper el orden  constitucional, no era una opción que aceptara.
Los acontecimientos que siguieron después serán juzgados por la historia, El por qué esa figura que surgió de un madrugonazo llegó a conectarse en forma tan cercana con una parte de la población no entra en mis análisis político y se escapan de estas líneas.
Lo cierto es que durante 14 años su figura  se mantuvo en primera plana, su cara presente en mi pantalla de TV por el tiempo que  fuera capaz de resistir las largas cadenas o las charlas bien actuadas, cronometrados sus movimientos con el fin específico de cautivar al oyente. No eran al azar sus muecas, el dirigirse a los subalternos para pedir un datos o preguntarles cualquier cosa. El sabía que debía de mantenerlos atentos, pendientes del llamado. El tic nervioso en la boca, que la volvía mueca, la pausa para beber café o agua. Todo estaba pensado para causar un efecto. Un actor formado en el Actor s Studio no lo haría mejor.
Una vez vi a un encantador de serpientes sacar del canasto a una cobra y erguirse en un baile  algo macabro, sólo con el sonido de una flauta. Sorprendente como poco a poco al oír las notas, la cobra salía desde el fondo encestado y se mantenía erecta y desafiante. Así era el efecto Chávez en las masas. Confieso que conmigo nunca hubo esa conexión que me hiciera salir del cesto.
Ahora muerto Chávez, mi  distancia con su figura se hace aún más lejana, Mientras miles de cobras esperan por un nuevo encantador, que les haga sentir que forman parte del baile,
 se vuelve más peligrosa  en su contenido: Nace un mito, un casi santo se está gestando Amanecerá de nuevo y todos seremos los mismos. Menos uno..

martes, 1 de enero de 2013

El ojo rebelde

Hasta el día 7 de noviembre mis dos ojos actuaban juntos. Si miraba hacia arriba, ambos obedecían, si era hacia abajo los parpados casi cerrados cubrían sin titubear, ni dar paso a que alguien descubriese para donde se dirigía la mirada. Estaban sincronizados. No había duda. Me obedecían, o al menos de eso yo me ufanaba.


Fue mi decisión que primero a uno de ellos y luego al otro, debían de despejarles la cornea y librarlos de eso que llaman cataratas. No sé el por qué de ese nombre, ya que la verdad nunca sentí que me corriese agua por dentro, a menos que no fueran lágrimas. Pero a esas nunca las nombré así y siempre me parecieron liberadoras o de angustias y tristeza, o algunas veces, no tantas como quisiera, de autentica alegría. Llorar para celebrar eso es lo máximo.

Llegó el día 8 de noviembre y consiente, confiada y hasta esperanzada de que con la eliminación de “las cataratas” mi ojo derecho se abriría a luz y podría prescindir de los fastidiosos e indispensables lentes, me fui a operar. Quienes antes que yo lo habían hecho, me animaron con frases como: “eso es una tontería, se sale rápido, como en diez minutos y ya está; tranquila que eso no es nada “. Y la confianza y tranquilidad crecieron.

En efecto la operación en sí no dura nada , claro estuve levantada desde las 5 Am para llegar a tiempo, a la Clínica en Altamira, sin que el tráfico de la autopista Prados del Este me agarrara y me impidiera estar a las 8 Am , hora fijada para la intervención,. Con todo y que eran “diez minutos” salí de la Clínica a las 2 de la tarde, con mi parche de pirata sobre el ojo derecho y la convicción de que medio ciega como estaba la vida no era tan vistosa, como yo la había vivido, aunque usara lentes.

Para compensar la levantada de madrugada llegué a mi casa y después de un almuerzo ligero, chapulín directo a la cama a recuperar parte del sueño perdido.

Todo se desenvolvió sin casi molestias hasta las 12 de las noche cuando mi ojo se despertó de la anestesia y comencé a sentir uno de los peores dolores del cual yo no tenía punto de comparación. Ni de casualidad ninguno de los que yo recordaba haber tenido se le acercaba, Un ardor que no se detenía, y cada vez que el ojo parpadeaba era como si una hojilla ( peor que la del innombrable locutor chavista) me la pasaran por el ojo con verdadera saña. Este tormento duró toda la noche con intervalos de dos horas cada vez que se repetía, que era cuando el efecto de los ocho analgésicos que me tomé alternos, se disipaba.

Creo que desde ese momento mi ojo comenzó una rebelión particular y decidió tomar vida propia, fuera de las leyes que rigen todos mis otros órganos o sentidos. Es así, que sin motivo externo llora copiosamente. Le teme a la luz más que un vampiro al amanecer. Me obliga a usar lentes obscuros para manejar de noche. Esta situación inaudita, la compenso cediéndole el volante a mi esposo, pero me obliga al sometimiento conyugal de que si no vamos juntos, no puedo salir. Mi vida social se ha limitado y resentido enormemente, ya que no todas mis salidas cuentan con la aprobación marital.

Ver televisión o usar la computadora es una aventura, cuando se está acompañada por los lentes para leer (que el ojo sin operar necesita) y los de sol que el operado exige. Una lucha de podres en los cuales siempre el derecho sale vencedor, o de lo contrario, se manifiesta llorando en forma espontanea e incontrolable.

Como un pobre paliativo para esa condición, he acudido a las gotas oftálmicas, y ya llevo probadas hasta ahora cuatro marcas diferentes. De esto van dos meses y pico y ya la rebelión está casi controlada. Espero no hayan recaídas, ni que el ojo izquierdo se entere de que puede alzarse cual guerrillero de la FARC en algún momento, ya que por otra parte está cercano el hecho de que debo tomar la decisión más crucial de este comienzo de 2.013: ¡tengo que proceder a operarme el izquierdo¡

Mientras tanto, ya he contactado con la delegación colombiana de dialogo con las FARC, para que me de algunos lineamientos que hayan resultados exitosos en caso de confrontación armada. Eso sí, nada de hablar con Piedad Cordova¡

Mi viaje personal 2012

A pocas horas de finalizar este 2012 quise hacer un recuento personal de este año que ha sido de autentica montaña rusa. Ha tenido picos importantes que han marcado cada mes con una secuencia de alegrías, frustraciones, logros, perdidas y por sobre todo cambios en la manera de afrontar cada uno de esos acontecimientos.

Al inicio del año en los primeros días de Enero nos dimos un viaje por la costa de Brasil en el barco Costa Concordia que nos dio la perfecta idea de lo que son los brasileños en su propia esencia. El pasaje estaba compuesto por 2280 personas, de los cuales solo 70 viajábamos con pasaporte, el resto lo hacía con su carnet de identidad porque eran ciudadanos brasileños. Eso me dio, como si fuera verme en un espejo, la actitud que toman cuando se juntan: son escandalosos, invasores, maleducados, hacen alboroto, gritones, indisciplinados y además se creen los dueños de todo. Es decir, igualito que nosotros los venezolanos cuando nos reunimos. En este viaje tuvimos mi esposo y yo la oportunidad de estar juntos y conversar entre nosotros. Nada de socializar con otros, porque simplemente ignoran a los otros que no hablan su idioma. Nada de que como se parecen las lenguas, podemos hablar. Cuando están juntos se hacen los que no entienden ni jota nuestro español. Pero, eso no cambia que el viaje fue bellísimo, los lugares visitados una delicia. La comida buenísima, los kilos de más nos acompañaron de regreso

Ya en la rutina del retorno nos preparamos en febrero para recibir con alegría el bautizo de Ignacio, el hijo de mi sobrina Verónica y su esposo Julio. Además de lo que significaba el bautismo en sí, era la oportunidad perfecta para reunir a toda la familia, incluyendo a las dos sobrinas Virna y Viryna que venían de México y Buenos Aires, respectivamente y Rodolfo de Florida. La ocasión también fue propicia para que Adrian, el novio de Viryna formalmente le pidiera su mano a mi hermano Nelson. El broche de oro, hacerlo en público y con toda la familia.

La dicha nos duró poco ya que a la semana de esa alegría Nelson fallece de manera repentina de un infarto, justo el mismo día del aniversario 38 de la muerte de mamá. Este hecho estampó el primer gran dolor de este año y nos hizo pensar en carne propia y en serio lo vulnerables que somos. Hoy y ahora estamos y en segundos podemos ya no estar.

Desde septiembre del 2011 habíamos planificado un viaje para el Norte de España en compañía de Vanessa y mis dos nietas, y aunque destrozados por la ausencia de Nelson, decidimos que con más razón nos íbamos y así que en Semana Santa y con unos días más antes y después de ella, nos fuimos a la conquista de las tierras catalanas, asturianas, la Coruña y la gallega. Fue un viaje increíblemente bello, recorrimos en automóvil un poco más de 1880 Km , en un carro alquilado desde Bilbao. Nuestro destino intermedio era Santiago de Compostela, así que era el camino de Santiago pero perfectamente ligth, cómodamente sentados en una camioneta Peageaut, que hasta hablaba, (nos avisaba cuando no teníamos el cinturón de seguridad puesto, o una puerta abierta). Nos encontramos con paisajes verdes, todos sembrados, autopistas perfectas sin huecos , ni baches y cientos de pueblitos de postal, algunos casi sin gente visible. Ciudades como Santiago, León, Burgos, Zaragoza, con sus magnificas Catedrales. Me maravillé de ver la tumba de mí amado personaje histórico: Rodrigo Ruiz Díaz de Vivar, El Cid Campeador, reposando al lado de su amada Ximena en la Catedral de Burgos. Me encontré con la imagen de la Virgen del Pilar en la Catedral de Zaragoza y recordé los cientos de rosario que le recé cuando estudiaba primaria en el Colegio El Pilar. Mi hija visitó con emoción a Cabezón de la Sal, el pueblo de Santander de donde es originario su padre y sus abuelos, y bisabuelos paternos. Toda una experiencia de esas en donde se dice que la sangre te llama. Un viaje que nos reconcilió con la paz y la sensación de sentirse seguro, de no estar asediados por el temor a la delincuencia, aún cuando no dejamos nuestra paranoia de lado completamente y nos manteníamos atentos a lo que creíamos podían ser movimientos sospechosos de un posible ladrón. Nada pasó. Estuvimos seguros y confiados, excepto por Cadivi que nos traicionó y se empeñó en que nuestras tarjetas, tanto la de Gustavo como la mía, pudieran darnos el placer de gastar nuestro mísero cupo. Pero ni eso nos privó del placer de gozar nuestro recorrido.

En Mayo decidimos ir de nuevo al encuentro de la familia, como quien dice, no perdernos ni una sola oportunidad de compartir con los que están fuera, y nos fuimos al propio y mismísimo Imperio al bautizo de Mía Fátima, la hija de mi sobrino Rodolfo y su esposa Ana. Tenía como 4 años que no pisaba territorio gringo y fue un placer visitar en Miami, sus mall, y sentirme devaluada al máximo pero convertida en una autentica window shoping. Respirar ese aroma a no hacer nada , como no sea consentir se los sentidos del gusto, la vista y el disfrute de un poco de orden.

Ya en junio comenzó de lleno la campaña electoral para la elección del candidato unitario y fue de nuevo estar metida en lo que ello significa: discusiones, politiquería y el enfrentamiento entre distintos sectores, para al fin encontrar el candidato idóneo que se enfrentara a la fuerza del mal de Chávez y su aparato político y generoso en dinero.

Julio, Agosto, Septiembre marcaron el paso de la lucha y la ansiedad. El sueño de que podíamos derrotar al gobierno nos puso de nuevo en lo más alto de la esperanza hasta la caída estrepitosa del 7 de octubre. No pudimos. No hay futuro. Los sueños murieron y las lágrimas por esa pérdida fueron la continuación de las que viví el 20 de febrero. Dos sentimientos de frustración, diferentes, pero que me dejaron agotada y decidida cada vez más a vivir el día a día. A no perder un momento de alegría y renovar la confianza de que no puede ser que a este país le haya caído la plaga para siempre. Tiene que haber una salida y no solo la podemos dejar en manos de Dios. Hay que trabajar por ella.

En noviembre, de nuevo se nos alegró el corazón por razones familiares. La boda de Viryna sería el día 24 y era necesario que no la dejáramos sola en tan especial día. De nuevo a planificar viaje y así con todo el amor 11 personas de la familia, entre las que cuento a mi hermana Lucero que desde México, se unió con nosotros, emprendimos vuelo hacia Buenos Aires el día 22. Una boda de cuento de hadas. El sitio elegido para la ceremonia y recepción fue una estancia a 40 Km de la capital con cabañas, hotel, campo de golf, piscinas, spa y hasta una vaquera, paseos a caballo, canchas de tenis y sobre todo el ánimo de celebrar el compromiso que ya Viryna y Adrian tenían desde hace tres años de estar juntos, esta vez con el deseo de que sea para siempre. No solo tenía la ilusión de la boda , sino de conocer en persona a mi sobrina nieta Andrea, la hija de mi ahijada Virna y Francisco. Adam. Una mexicanita que ya para esta fecha tendría cinco meses y medio y a quien solo  la había visto con su sonrisa amplia en Facebook.La realidad me confirmó que es tan bella como su mamá y tan dulce que de ser un postre me la comería sin remordimientos.
La novia llegó hasta el altar puesto en una pequeña isla del sitio, montada en un coche descubierto, lleno de flores y tirado por caballos. Viryna lucía espectacular con el fondo verde del paisaje y saliendo de un bosque. Creo que lo único que me empañó la alegría de ese momento fue darme cuenta de que Nelson no estaba con nosotros para ver a su hija casarse. Los aplausos de los presentes al llegar ella hasta donde estaba Adrian y las lagrimas hicieron juntos el camino.

Esta vez aseguro que las mías fueron de dicha y nostalgia. Todo quedó bellísimo y en la ceremonia, a petición del novio, les dije unas palabras que me salieron desde lo más profundo del corazón. Felicidad para ellos y la nueva familia.

Nuevamente elecciones y otra estrepitosa caída. Se perdieron espacios que ya habían sido conquistados, la abstención ganó la partida y aquí estamos: esperando a este 2013 con una situación política que no sabemos en qué va a parar. Un Presidente electo enfermo grave, que ni siquiera podrá tomar posesión, pero que de morirse( lo más seguro) deja a un país hecho polvo y cercado por la corrupción y la delincuencia. Un caos se nos avecina.

Mañana no sé si tendremos la voz clara para decir FELIZ AÑO. Dios nos proteja.