martes, 1 de enero de 2013

Mi viaje personal 2012

A pocas horas de finalizar este 2012 quise hacer un recuento personal de este año que ha sido de autentica montaña rusa. Ha tenido picos importantes que han marcado cada mes con una secuencia de alegrías, frustraciones, logros, perdidas y por sobre todo cambios en la manera de afrontar cada uno de esos acontecimientos.

Al inicio del año en los primeros días de Enero nos dimos un viaje por la costa de Brasil en el barco Costa Concordia que nos dio la perfecta idea de lo que son los brasileños en su propia esencia. El pasaje estaba compuesto por 2280 personas, de los cuales solo 70 viajábamos con pasaporte, el resto lo hacía con su carnet de identidad porque eran ciudadanos brasileños. Eso me dio, como si fuera verme en un espejo, la actitud que toman cuando se juntan: son escandalosos, invasores, maleducados, hacen alboroto, gritones, indisciplinados y además se creen los dueños de todo. Es decir, igualito que nosotros los venezolanos cuando nos reunimos. En este viaje tuvimos mi esposo y yo la oportunidad de estar juntos y conversar entre nosotros. Nada de socializar con otros, porque simplemente ignoran a los otros que no hablan su idioma. Nada de que como se parecen las lenguas, podemos hablar. Cuando están juntos se hacen los que no entienden ni jota nuestro español. Pero, eso no cambia que el viaje fue bellísimo, los lugares visitados una delicia. La comida buenísima, los kilos de más nos acompañaron de regreso

Ya en la rutina del retorno nos preparamos en febrero para recibir con alegría el bautizo de Ignacio, el hijo de mi sobrina Verónica y su esposo Julio. Además de lo que significaba el bautismo en sí, era la oportunidad perfecta para reunir a toda la familia, incluyendo a las dos sobrinas Virna y Viryna que venían de México y Buenos Aires, respectivamente y Rodolfo de Florida. La ocasión también fue propicia para que Adrian, el novio de Viryna formalmente le pidiera su mano a mi hermano Nelson. El broche de oro, hacerlo en público y con toda la familia.

La dicha nos duró poco ya que a la semana de esa alegría Nelson fallece de manera repentina de un infarto, justo el mismo día del aniversario 38 de la muerte de mamá. Este hecho estampó el primer gran dolor de este año y nos hizo pensar en carne propia y en serio lo vulnerables que somos. Hoy y ahora estamos y en segundos podemos ya no estar.

Desde septiembre del 2011 habíamos planificado un viaje para el Norte de España en compañía de Vanessa y mis dos nietas, y aunque destrozados por la ausencia de Nelson, decidimos que con más razón nos íbamos y así que en Semana Santa y con unos días más antes y después de ella, nos fuimos a la conquista de las tierras catalanas, asturianas, la Coruña y la gallega. Fue un viaje increíblemente bello, recorrimos en automóvil un poco más de 1880 Km , en un carro alquilado desde Bilbao. Nuestro destino intermedio era Santiago de Compostela, así que era el camino de Santiago pero perfectamente ligth, cómodamente sentados en una camioneta Peageaut, que hasta hablaba, (nos avisaba cuando no teníamos el cinturón de seguridad puesto, o una puerta abierta). Nos encontramos con paisajes verdes, todos sembrados, autopistas perfectas sin huecos , ni baches y cientos de pueblitos de postal, algunos casi sin gente visible. Ciudades como Santiago, León, Burgos, Zaragoza, con sus magnificas Catedrales. Me maravillé de ver la tumba de mí amado personaje histórico: Rodrigo Ruiz Díaz de Vivar, El Cid Campeador, reposando al lado de su amada Ximena en la Catedral de Burgos. Me encontré con la imagen de la Virgen del Pilar en la Catedral de Zaragoza y recordé los cientos de rosario que le recé cuando estudiaba primaria en el Colegio El Pilar. Mi hija visitó con emoción a Cabezón de la Sal, el pueblo de Santander de donde es originario su padre y sus abuelos, y bisabuelos paternos. Toda una experiencia de esas en donde se dice que la sangre te llama. Un viaje que nos reconcilió con la paz y la sensación de sentirse seguro, de no estar asediados por el temor a la delincuencia, aún cuando no dejamos nuestra paranoia de lado completamente y nos manteníamos atentos a lo que creíamos podían ser movimientos sospechosos de un posible ladrón. Nada pasó. Estuvimos seguros y confiados, excepto por Cadivi que nos traicionó y se empeñó en que nuestras tarjetas, tanto la de Gustavo como la mía, pudieran darnos el placer de gastar nuestro mísero cupo. Pero ni eso nos privó del placer de gozar nuestro recorrido.

En Mayo decidimos ir de nuevo al encuentro de la familia, como quien dice, no perdernos ni una sola oportunidad de compartir con los que están fuera, y nos fuimos al propio y mismísimo Imperio al bautizo de Mía Fátima, la hija de mi sobrino Rodolfo y su esposa Ana. Tenía como 4 años que no pisaba territorio gringo y fue un placer visitar en Miami, sus mall, y sentirme devaluada al máximo pero convertida en una autentica window shoping. Respirar ese aroma a no hacer nada , como no sea consentir se los sentidos del gusto, la vista y el disfrute de un poco de orden.

Ya en junio comenzó de lleno la campaña electoral para la elección del candidato unitario y fue de nuevo estar metida en lo que ello significa: discusiones, politiquería y el enfrentamiento entre distintos sectores, para al fin encontrar el candidato idóneo que se enfrentara a la fuerza del mal de Chávez y su aparato político y generoso en dinero.

Julio, Agosto, Septiembre marcaron el paso de la lucha y la ansiedad. El sueño de que podíamos derrotar al gobierno nos puso de nuevo en lo más alto de la esperanza hasta la caída estrepitosa del 7 de octubre. No pudimos. No hay futuro. Los sueños murieron y las lágrimas por esa pérdida fueron la continuación de las que viví el 20 de febrero. Dos sentimientos de frustración, diferentes, pero que me dejaron agotada y decidida cada vez más a vivir el día a día. A no perder un momento de alegría y renovar la confianza de que no puede ser que a este país le haya caído la plaga para siempre. Tiene que haber una salida y no solo la podemos dejar en manos de Dios. Hay que trabajar por ella.

En noviembre, de nuevo se nos alegró el corazón por razones familiares. La boda de Viryna sería el día 24 y era necesario que no la dejáramos sola en tan especial día. De nuevo a planificar viaje y así con todo el amor 11 personas de la familia, entre las que cuento a mi hermana Lucero que desde México, se unió con nosotros, emprendimos vuelo hacia Buenos Aires el día 22. Una boda de cuento de hadas. El sitio elegido para la ceremonia y recepción fue una estancia a 40 Km de la capital con cabañas, hotel, campo de golf, piscinas, spa y hasta una vaquera, paseos a caballo, canchas de tenis y sobre todo el ánimo de celebrar el compromiso que ya Viryna y Adrian tenían desde hace tres años de estar juntos, esta vez con el deseo de que sea para siempre. No solo tenía la ilusión de la boda , sino de conocer en persona a mi sobrina nieta Andrea, la hija de mi ahijada Virna y Francisco. Adam. Una mexicanita que ya para esta fecha tendría cinco meses y medio y a quien solo  la había visto con su sonrisa amplia en Facebook.La realidad me confirmó que es tan bella como su mamá y tan dulce que de ser un postre me la comería sin remordimientos.
La novia llegó hasta el altar puesto en una pequeña isla del sitio, montada en un coche descubierto, lleno de flores y tirado por caballos. Viryna lucía espectacular con el fondo verde del paisaje y saliendo de un bosque. Creo que lo único que me empañó la alegría de ese momento fue darme cuenta de que Nelson no estaba con nosotros para ver a su hija casarse. Los aplausos de los presentes al llegar ella hasta donde estaba Adrian y las lagrimas hicieron juntos el camino.

Esta vez aseguro que las mías fueron de dicha y nostalgia. Todo quedó bellísimo y en la ceremonia, a petición del novio, les dije unas palabras que me salieron desde lo más profundo del corazón. Felicidad para ellos y la nueva familia.

Nuevamente elecciones y otra estrepitosa caída. Se perdieron espacios que ya habían sido conquistados, la abstención ganó la partida y aquí estamos: esperando a este 2013 con una situación política que no sabemos en qué va a parar. Un Presidente electo enfermo grave, que ni siquiera podrá tomar posesión, pero que de morirse( lo más seguro) deja a un país hecho polvo y cercado por la corrupción y la delincuencia. Un caos se nos avecina.

Mañana no sé si tendremos la voz clara para decir FELIZ AÑO. Dios nos proteja.

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