jueves, 21 de abril de 2011

ENCUENTRO CON EL POETA MARK STRAND






La visita del poeta Mark Strand a Caracas estuvo signada por varios actos a los cuales no se les dio la suficiente publicidad. Casi a escondidas me enteré de que estaría el domingo 3 de abril en el Hotel Caracas Palace , acompañado de varios de nuestros poetas a fin de tener un conversatorio y oír la lectura de algunos de sus poemas. La convocatoria hecha para las 11 am sufrió algunos retrasos y comenzó la reunión casi entrando las 12 m. La figura alta, delgada, con sus ojos azules tras los lentes de montura ancha, que contrastan con las cenizas que hay en su ya escaso cabello, así como su voz cálida, de acento perfectamente entendible, causan la necesaria admiración aún sin conocer su extenso currículo, que incluyen el haber sido designado poeta laureado por la Biblioteca del Congreso de los EEUU, El premio Bollingen, el premio Wallace Stevens, el premio Pulitzer , además de desempeñarse como Profesor de la Universidad de Columbia.
La presentación del invitado estuvo a cargo de Rafael Cadenas, quien con manifiesta modestia confesó ser “un profesional de la inseguridad”. Nos recordó lo cerca que se encuentra Strand del poeta Stevens, y de que el oficio de escribir se ejerce borrando la humildad de quitarle peso a la dicha. Nos habló de cómo Strand deslumbra con palabras que no brillan, de ver el poema como artefacto inagotable y de que en definitiva y pese a que Strand declarara que no seguiría escribiendo poesía, ésta nunca deja ir a sus súbditos. Luego en riguroso orden alfabético fueron los poetas Edda Armas, Igor Barreto, Patricia Guzmán, Leonardo Padrón y Yolanda Pantín leyendo los poemas traducidos por Beverly Pérez Rego, del libro “Nada ocurra”, luego de escucharlos en la propia voz del autor. Así oímos en doble melodía los poemas Carta, A Ella, La llegada de la luz, Elegía a mi padre y El regreso del gran poeta.
Me permito copiar el verso final de El regreso del gran poeta:



Díganme ustedes allá afuera, de todos modos, ¿qué es la poesía?
¿Puede alguien morir sin ni siquiera un poco?



Y me pregunto ¿Esperaremos en vano el regreso de Mark Srand?

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