miércoles, 28 de enero de 2009

De aqui a la eternidad

Hace pocos días me vi obligada a oír parte de la perorata en cadena nacional del ciudadano “inquilino de Miraflores” como suele y disfruta llamarlo el historiador Manuel Caballero. Confieso que cada incontinencia verbal, (todas ellas llenas del más absoluto desprecio por quienes disienten y piensan diferente) me hacía literalmente y eso que estaba en un ambiente de aire acondicionado, hervir la sangre. Fue cuando pensé espantada ¿cuanto tiempo más durará esto? Van diez años y ya nos parece una eternidad.
Por esa cuestión de la asociación de ideas me vino a la mente una de las películas que se ha mantenido entre las 100 mejores y que goza además de tener una escena que la ha hecho figurar como de las más románticas pero a la vez erótica, en la historia del cine. La película es De aquí a la eternidad.
Fue filmada en 1.953, y protagonizada entre otros por los míticos Deborah Kerr (2007) y Burt Lancaster. Se desarrolla en una base naval americana pocos días antes del ataque a Pearl Harbor y la escena atrevida, incomparable e inimitable es la del beso mojado. Ese que se dan la esposa adúltera y el Comandante de la base, entre el devenir de una y otra ola, que hace que todavía suspiremos por tener aunque sea una copia de la cinta para verla, reverla y soñar en repetirla, (dada la imposibilidad de hacerlo con quien la filmó), con otro coprotagonista. No importa que en la realidad quien nos bese no tenga la figura que allí exhibía Burt Lancaster, ni que la playa no luzca con esa arena y agua limpia, pero el beso, ese maravilloso beso, que ese sea igual.
Mis pensamientos vuelven a la realidad y la palabra eternidad sigue pegada a cada una de mis neuronas. Mientras, sigo oyendo a ratos al inquilino, con aviso de desalojo, pero que se niega a aceptar. Parece que lleva casi seis horas hablando sin parar. Es cuando las preguntas se suceden una a una, se agolpan en mi cabeza, al igual que como las olas iban y venían en la escena del beso.
¿Será que este piensa cambiar el por ahora, por hasta la eternidad?
¿Es qué acaso no hemos sido claros al decir NO?
¿Será necesario un ataque como el de Pearl Harbor, para que los rojos entiendan que ya eso (la enmienda), se discutió, votó y negó?
Dice el refranero popular que no hay mal que dure cien años, o lo que es lo mismo una eternidad, pero vaya usted a ver, que si la película referida aquí ya lleva 46 años y sigue tan campante, lo que nos espera si no le damos un parao con un NO No No No , bien repetido y además aderezado con millones de votos es nada menos que la eternidad. La tenemos cerquitica pues.