miércoles, 13 de febrero de 2008

14 de febrero

Lejos de la manipulación comercial que se le ha dado a esta fecha, la idea de tener “un día especial” dedicado a los enamorados y al amor colmaría las aspiraciones de todos los que se sienten en ese trance de creerse en “enamoramiento” o inmersos en ese sentimiento en forma emocional o consciente. Aún hoy en día, a pesar de los adelantos tecnológicos, y de que la gente se enamora hasta por Internet, no se consiguen desligar la emoción y la creencia de que si damos eso que llamamos amor, es porque nuestro ser amado ( él o ella) están llenos de cualidades o adjetivos que lo hacen diferente al resto de los otros mortales.
Un día completo consagrado a agasajar a Eros, dios del amor para los griegos, y por ende a aquellos que se sienten compartiendo el Olimpo con él y que piensan que el objeto amado merece atenciones especiales; muestras de que “esa persona” en quien recaen sus inquietudes es acrredora de mucho más que decirle TE AMO . Para cumplir con eso están las tiendas, los restaurantes, las discotecas o los hoteles, muy dispuestos a recordártelo con sus anuncios y a prestarte su ayuda con esas demostraciones afectuosas extras; mediante la compra de un regalo; una cena o baile compartido y ¿por qué no?, unas horas de completo relax sensual y sexual, en el cual tu repertorio amatorio se vea incrementado con el cumplimiento de cualquier fantasía que se salga de la a veces rutinaria o formal de todos los días.
Apartando esas consideraciones deberíamos pensar que el amor como tal, desde su nacimiento lo fue en función de dar, de crear y de compartir. Por amor se creó al mundo y en ese momento no fuimos dos sino tres: Nuestro creador y el hombre y la mujer, que nos representaron.
El “enamoramiento”, que es el leitmotif de este día, es otra cosa. Es un estado que puede o no perdurar, en el cual elevamos a una persona a un plano lleno de energía, la misma que nosotros le damos a través de eso que llamamos amor, y con la cual la revestimos con unos atributos de perfección o de tolerancia y ceguera para sus defectos, que nos parece, inmersos como estamos en esa emoción, que es la única, la adecuada, la perfecta…hasta que nos desenamorarnos. En algunos casos esto no sucede o si pasa y permanecemos junto a él o ella, ya saltamos al plano de la costumbre amorosa, que cómo dice la canción “es a veces más fuerte que el amor”.
Cualquiera que en definitiva sea “el amor” que hoy celebremos: el instintivo, el emocional, el para toda la vida, el amor consciente y responsable, o como tú quieras llamarlo, que esa celebración sea desde adentro y que nos acompañe a hacer de hoy una fecha que se repita en el calendario los otros 364 días.
FELICIDADES

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