domingo, 10 de febrero de 2008

ANTES Y DESPUÉS DE..


En el transcurso de nuestra vida hay hechos que nos hacen decir antes y después de. De esa manera una pérdida de un ser querido, un accidente propio o de alguien cercano o una enfermedad que sufrimos y nos puso al borde de la muerte, (por hablar de unos pocos ejemplos) nos hacen marcar con esos acontecimientos pasados una determinada época vivida. Nos estampan su huella en forma muchas veces dolorosa.
Antes de casarme..., después de que me embaracé..., antes de tener trabajo y así pudiéramos seguir mencionando acontecimientos cotidianos a los cuales también les anteponemos el antes o el después, para fijar períodos en nuestra vida. Pero, ¿En realidad todos nos marcan o nos dejan huella?
Creo que la costumbre de emplear el antes de y el después de, se ha hecho parte integrante de nuestro vocabulario que no medimos su importancia.
¿Y a que viene todo esto?
Por propia experiencia pudiera reducir en no más de diez los acontecimientos vividos a los cuales, por realmente haber significado hechos trascendentales, marcaron y diferenciaron mi existencia.
Hechos dolorosos como las pérdidas de seres queridos (padres, hermanos, hijo), separaciones, rompimiento amoroso.
Hechos felices y memorables, como los nacimientos de las hijas; la graduación de Abogado; compra de bienes inmuebles; nuevo matrimonio.
Y aquí la lista permaneció inalterable por mucho tiempo, hasta que el día 30 de Enero pasado, pude agregar un hecho nuevo:
Mi graduación en el Diplomado de Escritura Creativa de la Universidad Metropolitana.
Mi vida cotidiana se estaba caracterizando por el desencanto, siempre había que hacer tantas cosas. Algunas de ellas, pedidas por otros, tenía que hacerlas porque sí y no me producían ninguna satisfacción. Otras, si bien merecían ser realizadas, no eran fundamentalmente “lo que yo quería hacer”.
Había un orden de preferencias con el cual no estaba para nada contenta. Las cosas de “los otros”, siempre eran urgentes y merecían el primer lugar. Me involucraba en cantidad de proyectos ajenos o en solucionar los problemas de otros por dinero (es mi trabajo), en los cuales mis deseos NO ERAN EL CENTRO, ni mi principio inspirador. Mi aspiración se escapaba de mis manos y no hacía nada por impedirlo. Era un devenir de desencantos grandes o suaves, pero sucesivos.
Por años vine posponiendo un proyecto personal, que terminé pensando hasta que no era eso lo que quería, o que ello era otra de mis fantasías, la cual cabalgaba al lado de muchas otras , como volver a la talla 10; no tener arrugas y ser amada por siempre.
Pero, he aquí que de manera casual, primero un breve taller de narración, después otro de cuentos, hasta llegar al toque final de inscribirme en la Universidad Metropolitana, para durante 150 horas académicas, compartir con un grupo de soñadores como yo el deseo de escribir y el aprendizaje de sus técnicas. Hacer nuevos amigos y fijarme mis propias metas.
Un viaje al mundo de la fantasía con final feliz: Mi Diploma.
Ese recorrido por la escritura creativa me permitió ver desde adentro de mí cosas que yo ignoraba, terminar con unos años opacos para que al fin comenzara otra brillante historia. La mía, la de mis cuentos, mis proyectos de novela, y todo lo que me falta por escribir… y escribir.
Si, en efecto hay hechos que marcan, y ese fue uno de ellos. De seguro hoy puedo decir, con mucha propiedad: Antes y después de mi Diplomado.
He comenzado una nueva batalla.

4 comentarios:

Níyume dijo...

Felicidades por la culminaciòn de ese diplomado,y el comienzo de una nueva Ileana.

Joseín Moros dijo...

Estamos ansiosos por leerte y leerte.
Saludos afectuosos!

Francisco Pereira dijo...

Mi querida compañera.
Es inevitable compartir tus sentimientos ya que de alguna manera u otra coincidimos en nuestros objetivos.
Por lo que escribes y siento, pienso que hemos sido arrastrados hacia un oficio que internamente llevamos por dentro como un río caudaloso que encuentra la represa que le contiene. ¡Ha llegado la hora de abrir las exclusas! con honestidad, sin miedos, con audacia, valor, humildad, coraje... Te sientes tan feliz como yo de esto que estamos experimentando.
Ahora seguimos adelante con la segunda etapa.
Un abrazo.

PD:
Para que sepan lectores de este blog, mi amiga Ileana fué la estrella del Diplomado, mejor promedio, mejor comportamiento, mejos semanera, mejor vestida, mejor dicción, mejor redacción, mejor peinado, se llevó todos los galardones.

Ileana Hernández G. dijo...

Quridos visitantes de este modesto blog. Me halagan en demasía , pero me llenan de nuevos motivos para seguir escribiendo. Gracias a todos.