lunes, 9 de junio de 2008

El último encuentro


Tengo que confesar que mi primer encuentro con la literatura de Sándor Márais fue coincidencialmente con el libro “El último encuentro”. No podía haber sido mejor la recomendación del Profesor Jesús Nieves Montero de adentrarnos en la lectura de tan magnifico libro.
Este autor nacido en 1.990 en el pueblo de (Kassa), que forma parte de lo que hoy es Eslovaquia, nos muestra en esta novela todos los conflictos que lleva el general Henrik guardados durante cuarenta años y cuarenta y tres días, que dura la espera por el encuentro con Konrád, el amigo, casi hermano, que lo ha traicionado, y engañado con su esposa.
La potencia narrativa que se desprende a lo largo de toda la obra, con las largas, pero definitivas conversaciones, que son en boca del general un monologo aleccionador sobre lo que es la amistad, la venganza, los celos, el arrepentimiento, hasta finalmente alcanzar el perdón a sí mismo, y al amigo, por esos años perdidos llenos de duda, de rencor acumulado.
El secreto reservado por cuatro décadas, que con la tensión propia de un gran escritor, se nos va desvelando en cada página, pero sin dar todos los detalles, guardando siempre algo para más adelante. Es como una luz que se abriera en un amplio haz, mientras se van resolviendo las tragedias personales de los personajes.
Este texto escrito en húngaro, ha sufrido los reveses de haber sido prohibido por un tiempo en su país de origen, en la época del comunismo, al igual que otras de las obras de Márais. Su reaparición en 1.999, con la traducción castellana, le dio un aire nuevo, cuando ya el autor tenía una década de muerto. Se había pegado un tiro en febrero de 1.989. Se sentía solo, (su mujer por más de 60 años ya había fallecido) y con la conciencia de que no podría vivir sino recluido en algún sitio y ayudado por otros, se despide con una frase precisa y contundente:” Ha llegado el momento”.
A su manera, él también al igual que el personaje de su libro, dentro de sus tribulaciones hizo las paces con el mundo.
Copio para ello una de las preguntas que se hace el general en la narración:
¿Crees tú también que el sentido de la vida no es otro que la pasión, que un día colma nuestro corazón, nuestra alma y nuestro cuerpo, y que después arde para siempre, hasta la muerte, pase lo que pase?
Y esta reflexión:
El tiempo trae y se lleva las cosas, de manera arbitraria, y no somos sólo nosotros quienes ponemos nuestras acciones y sus circunstancias en el marco del tiempo.
Segura estoy que de ahora en adelante estaré a la búsqueda de alguna de sus otras obras: Confesiones de un burgués, La mujer justa, La herencia de Eszter, Divorcio en Buda o la segunda parte de su biografía plasmada en Tierra, Tierra

1 comentario:

Francisco Pereira dijo...

Realmente un excelente libro que como Ileana recomiendo.
Hoy forma parte de mis selectos y preferidos.
Quien lea este post, y el comentario, espero que se quede con la inquietud de comprobar lo dicho por Ileana y tantos críticos.
"El último encuentro", !Memorable!