miércoles, 7 de mayo de 2008

Carta a una amiga



7 de mayo de 2.008

Querida Margot:

El sábado pasado fue un día de limpieza , de esos en los que amaneces con ganas de cambiarlo todo de sitio, como si con eso también tu vida cambiara un poco y se alejara de la rutina , que poco a poco te quita el tiempo para pensar en ti misma o en compartir con las amigas.
Al abrir una de las gavetas de mi recién adquirida biblioteca en la cual había metido, sin ordenar su contenido antes, una caja con muchísimas cosas me encontré con mi libro de autógrafos. El mismo que llevábamos en persecución frenética de las firmas de los artistas y de los muchachos que creíamos valía la pena que guardáramos sus firmas.
En una de sus muchas páginas junto con la de Alfredo Sadel, Lucho Gatica, Musiu La Cavalleri, Víctor Saume , José Luís Rodríguez, Amador Bendayan y otros más estaba, con dedicatoria y todo, la firma de Gabriel Alcázar. Ni te imaginas la de recuerdos que me vinieron en tropel. Pensar que tú estabas que bebías los vientos por aunque fuera una mirada suya y el muy indiferente, nada que te hacía caso. Algo que para nosotros era incomprensible. ¿Cómo no se iba a sentir aunque fuera un poquitico interesado en ti?
Me acuerdo que eras un 90-60-90 perfecto. Dabas envidia y de la peor con tu cara de muñeca y sobre todo lo desenvuelta, simpática y todo lo envidiable que puede ser una joven inteligente, bonita y rica…Eso también te daba un encanto extra.
En todos estos años nadie supo, ni nos dijo nada de la vida de Gabriel, parecía que se había desaparecido por cualquiera de los agujeros negros de la estratosfera. Creo que una vez hasta comentamos que a lo mejor hasta se había muerto
No se si será eso que llaman las coincidencias significativas, pero justo hoy lo he visto. No me hubiera fijado en él sino es porque lo anunciaron como uno de los expositores en la Convención de Ventas a la que asistí en el Hotel Marriott. El tipo ha estado viviendo todos estos años en los Estados Unidos. Se conserva casi como un atleta sino fuera por una incipiente barriguita que se le adivina debajo de su traje de marca, (no le vi la etiqueta), pero el flux que llevaba de un color obscuro, con su camisa azul haciendo juego con los ojos, le quedaba perfecto, como sólo quedan las cosas hechas por cualquiera de esas firmas caras. Debe andar (al igual que nosotras) por los “sin cuenta”, pero representa como 45 y un pelin más (si acaso). Lo más sorprendente y aquí si no lo estás, siéntate y prepárate para oír la revelación: Gabriel Alcázar ha resultado ser GAY, así como lo lees, gay y además confeso.
¿Que cómo lo se? Pues porque me reconoció, saludó y presentó, sin ninguna pena o pudor, a su acompañante como su novio.
Con razón decía el Piache, aquel gordito enamorado de ti a rabiar que te perseguía por donde fueras. “ese tipo tiene que ser marico para no gustarle la catira”. ¡Fin de mundo¡ y pensar que tú una vez lloraste tanto el día que lo invitaste al cine y no fue, que hasta pensaste en meterte a monja! Mira si eras pendeja

1 comentario:

Francisco Pereira dijo...

Jajajajajaj...
Se dan cuenta, que por mas atleta, millonario y con ojitos azules a veces la cabra tira pal monte…

Aquí si es verdad que se cae el refrán ese que dice “donde hubo fuego cenizas quedan” porque en este caso el fuego lo apagaron a punta de “mangueras”

Ahora me imagino a Margot con su hábito negro recibiendo la noticia a esta altura, se ahorcaría con el habito.

Te salvaste doble, porque no hubieras conocido los placeres de la carne y del chasco.

¡De la que te salvaste Margot!